La Escuela de atenas

La Escuela de atenas
Escuela de Atenas por Rafael

domingo, 4 de octubre de 2015

Abundancia filosófica

Cuando llenamos en clase el cuadro sinóptico de filósofos, no pude evitar pensar que de alguna forma u otra, existe una abundancia de ideas filosóficas. Es decir, a través de los siglos han existido miles de personas que han aportado nuevos pensamientos, nuevas ideas, nuevas formas de percibirnos a nosotros mismos y a los que nos rodean. Es simplemente imposible clasificar o contar cuántas obras filosóficas y por cuántos autores han existido en la historia de la humanidad. Diferentes criterios te darán como resultado diferentes cantidades; e incluso si lográsemos definir bien cuáles son estos criterios aun así sería extremadamente difícil encontrar y contar a todos los autores que la cumplen. Si algo es seguro es que definitivamente yo no voy a poder obtener este número aquí sentado frente a mi computadora un domingo en la tarde.
Incluso sin poder obtener este número, si hay algo de lo que puedo estar prácticamente seguro, es de que la lista de filósofos que vimos en clase, sin importar los criterios que utilices, son un porcentaje extremadamente pequeño. Es a esta cantidad casi innumerable de pensamientos es a la que me refiero con una abundancia filosófica. Habiendo establecido esto, la razón por la que elegí este tema no es simplemente para decir que existen muchos filósofos, eso es hasta cierto punto obvio. La verdadera razón por la que escogí este tema es porque esta abundancia filosófica lleva a la pregunta de: ¿Si todo esto ya fue escrito; qué más queda por aportar?
A lo que me refiero con esto no es a que hayamos llegado a un tope o límite de posibles ideas y pensamientos filosóficos ni mucho menos. Más bien, lo que quiero decir es que el mundo parece mucho más explorado, mucho más conocido. Por ejemplo, como vimos en clase, los filósofos de la naturaleza utilizaban la filosofía con el objetivo de entender el origen y el funcionamiento del mundo y las cosas que los rodeaban. Las posibilidades para darle un origen al mundo basándose únicamente en las cosas que nos rodean parece casi ilimitadas. En la actualidad, esas grandes interrogantes que inquietaban al hombre se sienten resultas en gran medida, reduciendo considerablemente esa infinidad de posibilidades.
Es probable que éste sea un ejemplo un poco radical, no de gratis han pasado más de dos milenios desde estos filósofos vivieron. Sin embargo, aunque tal vez no de manera tan pronunciada, una sensación similar viene a mi cuando pienso sobre los filósofos del siglo XX y el contexto en el que vivieron y escribieron sus obras. Así como con los filósofos de la naturaleza parece que el campo era demasiado amplio, pensando sobre los filósofos contemporáneos me es imposible no tener una sensación de que el campo se ha vuelto demasiado pequeño, estudiando aspectos cada vez más complejos sobre el ser humano. Esto en lo absoluto quiere decir que esté necesariamente mal, simplemente es algo que me causa inquietud, una inquietud que reitero no quiere decir que sea algo negativo.

Al final, creo que la única cura para esta sensación es esperar. Mientras el mundo continúe cambiando, nuevos contextos y nuevos retos aparecerán, nuevos fenómenos y pensamientos para tratar entender desde la filosofía. Puede que pensar en este momentos sobre los nuevos cursos que tomará la filosofía sea tan difícil como pensar en un nuevo color, pero estoy seguro que poco a poco nos irá haciendo sentido y nuevas ideas se añadirán a la abundancia de filosofía.
Mariano Cepeda Betancourt

1 comentario:

  1. Esperar, como dices, e ir a los filósofos que ya han aportado algo sobre temas que nos interesan. Qué interesante reflexión Mariano. Muy bien. Calif. 10

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