Arché: Principio de todas las cosas

Una de las preocupaciones más importantes de los primero filósofos fue la investigación del arché o elemento del cual surgen todas las cosas. Para ello, fueron los filósofos presocráticos quienes se dieron la tarea de resolver dicha cuestión.

La Escuela de Mileto propuso tres teorías distintas, una por cada integrante. En el caso de Tales y Anaxímenes, el origen del mundo se encontraba en un elemento, en algo tangible; Tales sugirió al agua y Anaxímenes al aire.  Sin embargo para Anaximandro esa respuesta carecía de sentido. Él sugirió que el origen de todas las cosas no podía ser un elemento sino algo indeterminado, algo indefinido.  Posteriormente surgió Pitágoras, quien sostenía que los números conformaban nuestro mundo. Es importante recordar que la escuela pitagórica concebía a los números como algo concreto, algo real, y no como algo abstracto como lo hacemos en la actualidad. Otro filósofo importante fue Heráclito, quien proponía que el arché era el fuego. Empédocles dio una respuesta más compleja y sugirió que el mundo estaba compuesto por cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. Finalmente Demócrito propuso la existencia de átomos, los cuales no se crean ni se destruyen, y que, en conjunto, constituyen todo lo que conocemos.

A pesar de que ninguno de estos filósofos logró descubrir plenamente el arché, el pensamiento de estos filósofos es sin duda la base del conocimiento y el razonamiento que practicamos en la actualidad. Son quienes nos enseñan el verdadero valor de la observación, el análisis y el pensamiento crítico.