¡Peligro con la descontextualización!

A forma de introducir mi postura he de contar una anécdota suscitada en el salón de clases, no muchos días atrás. Para amenizar la que sigo considerando una intervención un poco atrevida a la filosofía de Nietzsche, le mostré la imagen que aparece arriba, haciendo referencia a una parodia a una cita del famoso filósofo del siglo XIX, a Fernando nuestro maestro. Simplemente se rio, y no esperaba más. Sin embargo para mostrarle la imagen me acompañaba Sebastián Maussan, uno de nuestros compañeros de clase. Él, inmediatamente después de haberse reído por un buen rato, hizo el cuestionamiento a Fernando del porqué de dicha frase. Si alguien quiere saber la respuesta de nuestro profesor, con todo respeto, que le vaya a preguntar. Lo que yo trato de introducir aquí es mi postura acerca de la descontextualización. A mi compañero de clases se le hizo ridícula esta aseveración, ya que solo porque baile no significa que ese dios exista. Si o Sebastián o yo hubiésemos estado más informados acerca de este tema, porque en otros temas nos defendemos mejor, habríamos comprendido lo que Nietzsche quiso decir.

Viéndolo del otro lado de la moneda, ya sabiendo a lo que se refiere la frase y quizá con mayor conocimiento de la Filosofía y en particular de la nietzscheana, podríamos tener un debate, ojo no con intenciones de que haya 2 posturas contradictorias y que se tenga por tanto un ganador, que podría llevar a cosas aún más interesantes y enriquecedoras: cada cual aportando sus conocimientos y cuestionándose las cosas en las que difiere de la otra persona.

Por tanto, creo que al opinar de algún tema, sea cual sea, primero hay que conocer acerca de este sin juzgarlo superficialmente, y además opinar de manera contextualizada, no desde un punto de vista actual. En primer lugar para poder comprender en su totalidad lo que se quiere transmitir. Y en segundo, y no por eso menos importante, para no quedar mal. Pero también se pueden aprovechar este tipo de ocasiones para aprender lo más que se pueda y adquirir un bagaje cultural muy grande, porque el tamaño sí importa; entre más grande mejor.