El problema de los filósofos

Paulina Bitar Prado

Filosofía 6ºCCH            

          

        Se han puesto a pensar cuál es la causa o a qué se debe éste gran interés de los filósofos por saber del mundo y más que nada resolver acertijos, o quizá alguna vez se han preguntado quién decidió llamar a estos pensadores sabios, he aquí el problema. Una persona sabia por definición de la Real Academia Española es aquel que tiene profundos conocimientos en una materia, ciencia o arte, pero ¿qué no entonces el filósofo seria lo opuesto a sabio? Quiero decir, si el filosofo fuese sabio no cuestionaría todo lo existente si no más bien sabría todo acerca de lo que intenta enseñar, por lo tanto creo a un filosofo como alguien con sentimientos encontrados, nada más y nada menos que un individuo atrapado entre lo que sabe y lo que desea saber, entre la conformidad y la mediocridad, un prospecto inconforme ante la sociedad. Un ejemplo claro de lo que intento predicar es el tan aclamado Sócrates, proveniente de Atenas, quien pertenecía a la plebeyez por lo tanto se puede llegar a dudar de la autoridad que su enseñanza tuvo en la época, ya que el estatuto social también definía el grado de educación e inteligencia.

            Desde el lugar más adentrado de mi ser tengo el presentimiento que Sócrates no fue alguien sabio si no alguien listo, fue un personaje, que como dice Nietzsche, se hizo tomar enserio, fue un hombre que intento desatarse de las cadenas de la sociedad y que por consecuente corrompía a la juventud, pero no fue nada más que alguien listo y ágil. No niego la posibilidad de la existencia de personas sabias, puesto que hay ciertos personajes atreves de la historia, que sin recurso alguno lograron comprender y ver más allá de lo que la población promedio pudiese entender, pero refuto a todo aquel que vive con la idea de los filósofos como sabios. Creo más bien que los filósofos son categorizados en dos grupos, ya sea como ídolos a quienes el pueblo decide escuchar y son cautivados por su complejidad analítica, o bien, son categorizados como los bufones a quienes se les da de imprudentes e insistentes, sea cual sea la categoría dada, los filósofos no son más que personas que intentan descifrar la charada de la vida. Esto no los hace sabios, si no más bien como su profesión lo dice los hace pensadores. 

             Pensador es aquel que, según la RAE, medita o reflexiona con intensidad y eficacia, y es la persona que se dedica a estudios muy elevados y profundiza mucho en ellos. Siendo objetivos, estas definiciones describen con mayor exactitud a los filósofos puesto que el filósofo que la sociedad actual conoce es el individuo que observa con plenitud un acontecimiento e intenta sacar la mayor gama de derivadas de éste, intenta encontrar el por qué y para qué de su existencia, se embarca en un viaje con marea alta, y como meta busca ser sabio. Por lo tanto el filosofo no es alguien sabio, el filosofo es un pensador que se transforma en sabio sin que lo sepa puesto que su veneración solo es alcanzada cuando su tiempo ha llegado a su fin—el filósofo no nace sabio sino esta predestinado a serlo.