I dwell in Possibility
“I dwell in Possibility –
A fairer House than Prose
–
More numerous of Windows
–
Superior – for Doors –
Of Chambers as the Cedars
–
Impregnable of eye –
And for an everlasting
Roof
The Gambrels of the Sky –
Of Visitors – the fairest
For Occupation – This
The spreading wide my
narrow Hands
To gather Paradise –”
(Emily
Dickinson, 1951)
Ventanas y puertas, con palabras por
candados, se abren para conocer las ideas que a través de ellas se observan.
Construyen una casa sin límite, con tejas de cielo infinito y ventanas de posibilidades. En ella sólo
entra el visitante que imagina hasta comprender; que camina libremente,
responsable de sus pasos y cuidadoso en su lectura. En ella habitan como iguales, el escritor que extiende
sus manos al cielo y el lector que las interpreta. Se crean el uno al otro buscando un paraíso profundo, infinito e imaginativo. Es
la casa más justa. Se distingue de esos lugares que tienen sólo una puerta
abierta y una ventana; que son explícitos y fáciles, que se imponen y no
dialogan.
El poema de Dickinson es una casa con
ventanas abiertas y puertas cerradas. La interpretación las abre para conocer
las ideas del mensaje. La indeterminación en su poema invita a la posibilidad y
la posibilidad invita al esfuerzo. Cada ventana es una idea y el esfuerzo de abrirlas
lleva a infinitas interpretaciones. El lector participa en su interpretación,
se abre un diálogo. El esfuerzo impide que el autor se imponga y dicte una
manera de pensar, colocándose por encima del lector, sino que el lector es
libre y responsable de comprender. Emily Dickinson sitúa al escritor y al lector en un mismo
plano, los dos habitan en el poema. La comunicación es una casa justa y participativa.
¿Cómo ser visitante de otras casas como
aquélla?, quizá más profundas e infinitas. Si no se ha cruzado más que por
puertas abiertas: nada llevará al empeño de abrir una casa cerrada con
candados.
No se cruza más que por la puerta abierta
de la televisión, el celular, la computadora. Se entra en su espacio cómodo que
entretiene y adormece, donde es fácil interpretar y comprender, donde no se necesita esfuerzo. En ellos se mira por
una sola ventana que no cesa de decir algo. Ellos lo dicen todo y el receptor
no se dice nada a si mismo.
¿Por qué los jóvenes han dejado de enfrentarse a la
lectura? ¿Se ha vuelto una pared de letras que los reta? Una casa que necesita
de la imaginación, que tiene puertas y ventanas con candados, y se derrumba al
encontrarse con puertas abiertas como los medios modernos. Los medios de comunicación actuales sacian la curiosidad,
la imaginación y el aburrimiento. La
sociedad moderna se vale de los programas y contenidos de los medios para percibir. Su dimensión de información, comunicación, e imágenes se cuela en el espacio físico ocupando
toda la atención.
La curiosidad encuentra un conocimiento rápido y fácil, la imaginación esta en desuso
porque “todo lo imaginable” lo contienen y la atención es ocupada y desgasta por la adhesión a ellos. La lectura no es
llamativa visualmente, implica abstracción e imaginación, como también atención;
así los medios de comunicación modernos la desplazan.
Éste espacio inmaterial esta lleno de contenidos variados, pero
todo contenido debe pasar bajo el principio de eficiencia, inmediatez y apariencia.
La sociedad exige éstos principios y los medios son aptos para cumplirlos. La
sociedad ha moldeado a los medios y a su vez ellos moldean a la sociedad. La
información que contienen es breve, constante, explícita, y llena de imágenes.
Las imágenes en los medios aluden al llamado “espectáculo” por Guy Debord
(1967). El espectáculo son la
imágenes que representan las apariencia de la vida y se convierten en objetos
de contemplación. Guy Debord sostiene: “Todo lo que era vivido directamente se
aparta en una representación. La realidad considerada parcialmente se despliega
en su propia unidad general en tanto un seudo-mundo aparte, objeto de mera
contemplación” (p.2). El espectáculo invade el contenido de los medios de
comunicación y lo usa como formula
para cautivar a los individuos. La apariencia y la representación reinan en la
sociedad y se convierten en la manera de entender. “Él espectáculo […] fue una
comprensión de la actividad humana dominada por las categorías del ver”
(Debord, 1967, p.5).
Cada vez que aparece una imagen se impone
ante los individuos por el hecho de aparecer y ser captada por sus sentidos,
son toleradas involuntariamente. “La actitud que exige por principio es esta
aceptación pasiva que ya ha obtenido de hecho por su forma de aparecer sin
réplica, por su monopolio de la apariencia” (Debord, 1967, p.4).
McLuhan (1951) argumenta que los medios, hechos a nuestra imagen, se adoptan y se
usan tan cotidianamente que la conciencia se olvida de la conexión con ellos. Mc Luhan los llama extensiones del cuerpo
humano que funcionan como prótesis. Son extensiones en tanto que a través de
ellos se percibe información captada por los sentidos, pero prótesis en tanto
que el usuario se refugia y se vale sólo de ellos para percibir. Se amputan los
sentidos que reciben la información de la realidad próxima y se sustituyen con
la prótesis de los medios que perciben la información. En ellos se
percibe la actualidad y se “es parte” de ella. Los humanos sumergidos en los medios se encuentran somnolientos.
El presente se vive en éste mundo postizo
donde se establece estereotipos de la apariencia, las relaciones sociales y los
valores de la sociedad. Tanto en la
comunicación entre individuos, como en la contemplación de los mensajes que
crean un “deber ser” en el imaginario popular. En “La insoportable levedad del
ser” Milan Kundera habla de la necesidad humana de ser observados. Puede que
esta necesidad o sentimiento sea provocado por el deseo que nace de la
contemplación de las apariencias. Los individuos comparten cada aspecto de su
vida para verse apreciados en el espectáculo.
El contenido de un mensaje es la
información plasmada en el medio más el significado que se le da a la
información. El medio se puede definir como la forma en la que se presenta el mensaje. El humano recibe
todo lo que captan los sentidos para después darle significado. McLuhan plantea
que el medio influye en el significado de tal forma que importa más el medio
que él mensaje. No es difícil encontrar significado en los medios actuales porque
su principio es la eficiencia. La comunicación busca proporcionar cualquier información
de la manera más rápida y fácil. Los mensajes de esta información son breves,
llamativos, explícitos, y se multiplican por que el medio lo permite y lo
exige. Cada vez hay más información, los medios cumplen la cuota que les
permite su eficiencia aunque no tengan nada importante que comunicar, “[…]
culturas electrónicas que proporcionan un acceso rápido y fácil al
conocimiento, pero a expensas de un exceso de información y trivialización.”
(Strate, 2011, p.77).
El constante flujo de información la hace
inabarcable y no queda otro remedio que dejar de poner atención en ella, lo que
sería no digerirla, simplemente ingerirla hasta saturarse. Quizá ahí esta la
clave del éxito de prácticas como la meditación y el misticismo. Son prácticas
en las que se busca un “medio sin contenido”, lo que es igual a pedir un descanso
a las incesantes llamadas de atención.
Oír sin escuchar, ver sin observar, son el
signo de nuestra indigestión de información, y a pesar de ello la indigestión
se vuelve remedio del aburrimiento. Sin
escuchar y sin observar no es posible más que servirse de un análisis
superficial, poco crítico, que ingiere lo que ve y escucha. La indigestión se esconde en el sueño
onírico de los medios de comunicación, pero éstos sólo provocan más indigestión.
La presencia de la tecnología de los medios
como extensión del ser humano es un hecho irreversible. Los individuos
comunicados se apoyan en los medios al realizar la gran mayoría de sus
actividades. Los medios moldean a la sociedad en su manera de trabajar,
establecer relaciones sociales, contemplar, entretenerse y accesar a la información.
Ellos se alimentan de la sociedad como la sociedad se alimenta de ellos.
La sociedad se habitúa a este tipo de
información que proporcionan los medios actuales y sólo busca el mensaje totalmente
explícito que alivia la falta de claridad. Los mensajes se ingieren cuando no implican
un esfuerzo por interpretarse, no exigen imaginación, son lugares conocidos que
no necesitan de un trabajo consciente. El emisor se sitúa por encima del
receptor porque lo alimenta, el receptor entiende el mensaje pero no lo
comprende. También se ingiere la información en su brevedad que no permite un análisis a fondo
sobre el tema que se trata y su exceso que satura los sentidos. La conciencia
decide ignorar, pero los sentidos siguen captando.
El sueño, paradójicamente, viene cuando se
pone demasiada atención y al mismo tiempo nada. El sueño es estar dentro del
espacio intangible de los medios y olvidar el entorno, como también la
costumbre de entender sin comprender. “<<Quien cree que entiende todo-
decía un proverbio chino- es porque está mal informado. >>” (De Ventós,
2004, p.12)
Sin embargo, que la sociedad se adapte a
ellos no la condiciona a caer en el sueño… La filosofía hoy como antídoto para el
sueño e indigestión que provocan los medios. La filosofía hoy como “la
necesidad de ver claro”, que hace dudar y plantea preguntas,
encuentra respuestas, más no las da por un hecho y sigue buscando. La filosofía que invita a adentrarse
en la lectura y explorar sus casas infinitas, de numerosas puertas y ventanas. La
filosofía como la casa misma, en la que se puede ver a través de muchas
ventanas. La filosofía hoy como el valor para aceptar que “no vemos claro”. La
filosofía hoy como ejercicio de creatividad, de imaginación, para mirar desde
todas las perspectivas. La
filosofía hoy para establecer un diálogo coherente, ordenado y fundamentado con nuestro entorno, que
permita ser crítico.
Fuentes:
·
De Ventós,
Xavier Rubert. Porqué filosofía. México: Sexto piso, 2004. p.2
·
Strate, Lance .
"El medio y el mensaje de McLuhan." Infoamérica Octubre-Mayo
2011-12: p.p 61-80. Infoamérica . Jueves 24 de octubre del 2013 http://www.infoamerica.org/icr/n07_08/strate.pdf.
·
Guy Debord.
Prado José Luis (trad.).La Sociedad del Espectáculo. Madrid: Revista de
Observaciones Filosóficas , 1967
·
Emily Dickinson . "I dwell in Possibility .
"Poetry Foundation . Octubre 2013 . Poetry Foundation. Viernes 25 de octubre del 2013
http://www.poetryfoundation.org/poem/182904.
Ya hemos comentado al respecto pero déjame decirte una vez más que tu ensayo posee una estructura y un tema bien escogidos y llevados. Muy bien bien Diana. Me parece que al término de éste, se pudo agregar algo que concentrara todo, como un puente porque aunque se nota que hay una continuidad en el tema, de pronto le puedes hacer al lector la tarea más sencilla. O algo así. Bien, bien, muy bien. Tienes 10.
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