Friedrich Wilhelm Nietzsche o Nietzsche, al igual
que Hegel fue un pensador alemán, sin embargo, nació varias décadas después en
1884. Éste es calificado como una de las mentes más prestigiosas, es decir,
influyentes de su época. Lo anterior debido a su análisis de la racionalidad y
la religión.
Nietzsche fue un
filósofo revolucionario debido a que vivió en la época de las revoluciones; la
social debido a que murió la sociedad estamental, la política pues existió un
gran enfrentamiento entre la ideología liberal y el pensamiento tradicional y
la nacionalista pues cada nación buscaba imponer su poder mediante el
nacionalismo.
Este filósofo
moderno critica a la tradición idealista, desde las ideas de Platón, hasta el
cristianismo. A ésta crítica se le llamó nihilismo, y el concepto es definido
como la posición filosófica que constata y resalta la falta de valores y del valor
de la existencia: nihilvalet (nada tiene valor). Según él, la falta de valores
no era algo moderno sino una situación que existía en la cultura occidental
desde sus orígenes.
Nietzsche
hablaba de “la muerte de Dios” pues en sus obras explica que el proceso de
desintegración de la cultura occidental se concentraba en la idea de que Dios tenía
todo el valor de este mundo. Por esto, este pensador mata a Dios para que así
el hombre se libere del “más allá” y forme sus propios valores y sentidos.
Así, Dios había muerto, mata la creencia en Él, dejando al
hombre sin un orden trascendente, de forma que el hombre se enfrentaría a una
lucha de distintas voluntades de poder como único motor y sentido de la
existencia, llegaría a ser un superhombre. Consideraba que de esta manera los hombres podrían decidir solos sí un valor moral era anticuado y estaba desviado por imposiciones culturales o realmente consideraban ese valor como cierto, dándole lo que llamó “la voluntad de poder”.
De
esta forma, se puede decir que Nietzsche vivió un contexto trágico, en una
Alemania en la que no existía esa libertad de la que tanto decía Hegel, sino sistema autoritario y militarista y en el que la Iglesia no era universal, sino
que existían varios jefes y cada uno regía su templo. Es por estas razones
previas que la concepción de Dios, Estado, verdad, moral y racionalidad son tan
diferentes y opuestas entre estos dos sabios alemanes. No obstante, ambos fueron de gran importancia y sus ideas se expandieron y fueron seguidas o creídas por un gran número de personas.
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