La Escuela de atenas

La Escuela de atenas
Escuela de Atenas por Rafael

domingo, 4 de octubre de 2015

El egoísmo: la condición social humana

Siempre nos han dicho que “el hombre es social por naturaleza”, desde donde lo vemos todas las ciencias sociales se basan en ese punto. Sin embargo, como siempre, detrás de esto viene la duda. Si esto fuera estrictamente así, entonces ¿qué sentido tiene una historia llena de guerras y disputas que no precisamente buscan la “armonía social”? Por más lógico que suene eso de ser sociales por naturaleza, resulta  difícil pensar en un grupo de personas con una convivencia perfecta carente de conflictos. Entonces es que además de lógico, ese punto está incompleto. Le hace falta la otra mitad que dice que “el hombre también es egoísta por naturaleza”, pero también hay conflicto sobre eso, es decir, si el hombre nace egoísta o se hace egoísta. En realidad el origen del egoísmo es poco importante, pero de que está, está. El hombre es egoísta, punto.
            Si hay o ha habido alguna acción realizada por el hombre que no tenga de fondo una razón egoísta, no sé cual sea. Piénsalo por un momento. Detrás de esa máscara de bondad, siempre hay una razón egoísta, y a veces ni hay máscara para esconderla. Y tampoco hay que dejarse engañar por el apodado “bien común”, que en realidad se llama “egoísmo colectivo”. Por ejemplo, en la película “Ágora” se muestran grupos religiosos que luchan unos contra otros (aunque no creo necesario ver la película para saberlo), que buscan el triunfo de su ideología, y con ella, el triunfo propio. He ahí el egoísmo colectivo: si gana él, gano yo, así que luchemos juntos; si gana esta ideología, gano yo, así que luchemos por ella.
            Por supuesto, seguido del egoísmo colectivo, sigue el egoísmo solito. O sea, por ejemplo en la película, ya que la religión dominante es el cristianismo (ya ganó ese egoísmo colectivo), entonces se pelean entre ellos. Ya que “triunfé con ellos”, ahora “triunfo sobre ellos”. Y en ese momento de la película se ve como se acusan unos a otros, etc. Para ganar ellos solos tienen que hacerlo dentro del grupo ganador porque así uno es ganador de ganadores. En este momento de la película es en donde Hypatia tiene la participación más importante, no como personaje, sino como concepto, como lo que representa. Vamos a centrarnos en tres personajes: Davus, Orestes y Synesius. Todos tienen en común a Hypatia (sus enseñanzas, su forma de pensar, su conocimiento), y después todos forman parte del grupo cristiano aunque sea en diferentes maneras (Davus es de los radicales, Orestes busca poder político y Synesius es un obispo). Una vez que triunfa el cristianismo, llega el momento de avanzar individualmente. Y entonces llega la hora de escoger. Aunque sus ambiciones no se contraponen, se crea una competencia entre ellos porque ninguno quiere que el otro tenga lo que él no puede, o sea ambas cosas. Esto se ve clarísimo cuando Synesius le exige a Orestes que se arrodille ante Dios, implícitamente renunciando Hypatia. La razón egoísta de fondo de Synesius es que él le ha dado preferencia a Dios (ya eligió), así que ahora Orestes también debe hacer la misma elección que él, o de lo contrario le habrá ganado.
            Cámbiale el nombre a los personajes y si quieres cambia el contexto, pero la situación será la misma. El hombre es un ser social, pero se nos olvida que eso no excluye que sea un ser egoísta. Lo social no se refiere a siempre llevarse bien con el otro. Lo social se refiere a vivir y convivir con el otro, lo cual inevitablemente lo lleva a compararse con el otro, y entonces a querer ser más o mejor que el otro. El egoísmo del hombre no es contrario, ni siquiera independiente, a su condición social. Es más bien su consecuencia lógica, e inevitable.

2 comentarios:

  1. Qué nietzscheano me sonó tu ensayo María. Bien por la interpretación de la película. Calif. 10

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  2. Entonces ¿existe algo como la naturaleza humana?

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