1 septiembre 2013
Paulina Bitar
Prado
¿Qué es la filosofía? ¿Es
una ciencia, una disciplina, o una actitud?
¿Por
qué se dice que es más importante una materia como biología que la filosofía?
¿O por qué se le da mayor valor a lo que dice un psicólogo que lo que dice un
filosofo? ¿ Será por el hecho de que la filosofía se le llama una disciplina?
¿O más bien será por estar tan cerrados en nuestra burbuja de métodos y
procesos científicos, con respuestas absolutas y concretas?
Esta
y muchas más son las frustraciones de todo ser que puede ver más allá de las
categorías existentes para las materias; en el momento en el que abren los ojos
es el punto de partida para poder ver que la filosofía va más lejos de ser una
disciplina. Primero que nada, la filosofía es el producto de una mezcla entre
la ciencia y la disciplina: hacen una perfecta mezcla homogénea sacando lo
mejor de las metodologías, la rigurosidad y el orden, comparando las respuestas
predecibles con los resultados obtenidos, y sobretodo reflexionando sobre el
panorama completo del punto a tratar.
Siendo
ahora un poco más sabios, y entendiendo que ésta disciplina va agarrada de la
mano de la ciencia, entonces podemos notar que la filosofía es una forma de pensamiento
y de perspectiva. La filosofía es, en mi opinión, igual o aun más rigurosa que
cualquier “ciencia” ya que ésta nunca acaba, nunca se detiene, siempre esta en
continuo cuestionamiento, profundo razonamiento, infinito perfeccionamiento; la
ciencia por si sola, sigue un proceso (método científico) y acaba con una
respuesta absoluta y concreta. Imagina, sentado en el escritorio intentando
resolver un balance en una reacción química—tardas horas, días quizás—pero
después de varias hojas y tintas gastadas, llegas a una respuesta, y sabes que
es la correcta. Llegas al tesoro perdido. En cambio, misma escena sentado en un
escritorio, la lámpara alumbra un libro, lo tomas y comienzas a leer. De cada
párrafo, de cada oración, de cada palabra, sacas una cuestión, intentas buscar
el porque de todo lo leído, deseas llegar a una respuesta—tardas días, meses,
años quizás—y aun así cuando piensas que has resuelto el acertijo, otra frase
aparece en ese libro y cambia la perspectiva nuevamente, lo que era antes un poema
de conocimiento, se ha convertido en una jungla de dudas y ansias.
Se
preguntaran, ¿y a qué va con todo esto? Pero esto, esto que leen no son puras
palabras conectadas, no son sermones ni charlas sin sentido, esto es para darse
cuenta que la filosofía se le tiene que tomar como una actitud. Es una actitud
que requiere de varios incisos: entender que es la filosofía, ser materia
dispuesta, anhelar saber, generar un cambio de perspectiva, dejar atrás la
lógica matemática, liberarse de las cadenas represivas de la sociedad, querer
embarcarse en un viaje sin destino, tener el carácter de éxito—aprender, dar conocimiento,
valorar reacciones, y aceptar criticas—y el requisito de mayor importancia:
saber indagar en el pensamiento de uno mismo.
Por
lo tanto la filosofía puede apreciarse y definirse de diferentes maneras, pero
para poder llegar a la descripción mas acertada y precisa, se debe mantener en
mente estos fundamentos: la filosofía es la receta perfecta—las cantidades
justas y necesarias de ciencias y disciplinas, el tiempo ideal de
racionalización y la temperatura exacta de precisión y anhelación. Añadiéndole
las gotas necesarias de comprensión, valoración, y acción.
Tu reflexión nos ayuda a entender un poco más sobre la filosofía y además articula los elementos en los que se basa. Quizá yo le agregaría el aspecto social que es de donde se desprende la crítica.
ResponderEliminarExcelente ensayo Paulina. Solamente recuerda tomar en cuenta la ortografía:
"que lo que dice un filosofo?[filósofo]"
" Esta [Ésta] y muchas más son"
"que ésta [esta] disciplina va agarrada"
" y aceptar criticas [críticas]—y "
Por esta razón, tienes 9. Escribes de forma muy clara, sigue desarrollando esa gran capacidad.