Edipo

Edipo el acomplejado

Cuenta el mito, que los reyes Yocasta y Labdaco de  la Antigua Grecia, tuvieron un hijo, quien fue cruelmente abandonado en el monte Citerón por temor a que una terrible premonición del Oráculo de Delfos se cumpliera, la cual decía que el hijo mataría a su padre y cometería incesto con su madre. 

Un pastor llamado Forbas encontró al pequeño e indefenso niño con los pies brutalmente clavados a un árbol. Forbas decidió apiadarse de la criatura, lo recogió y lo llevó con su amo Polibo, rey de Corinto. Polibo y su esposa Merope adoptaron al niño y lo llamaron Edipo. 

Edipo creció como el heredero de los soberanos, pero por diversos azares del destino, se enteró de la predicción del Oráculo y huyó de Corinto sin saber que Polibo y Merope no eran sus verdaderos padres. En su camino, Edipo se enredó en una pelea y mató a cinco hombres, uno de ellos era Labdaco su verdadero Padre.

A consecuencia de la muerte del rey Labdaco, Creón, hermano de Yocasta, ocupó el trono de Tébas. Al poco tiempo, la Esfinge (un monstruo) atacó al reino y Creón ofreció la mano de su hermana al hombre que lograra derrotar a esta terrible bestia y obviamente Edipo fue quien logró ahuyentarla.

Edipo y Yocasta se casaron y tuvieron cuatro hijos, cumpliéndose así la segunda parte del Oráculo. Al final, Edipo se arranca los ojos y Yocasta se suicida.

Me pareció muy interesante indagar por qué el famoso psicoanalista, Sigmund Freud, había nombrado a su famosísimo concepto “Complejo de Edipo” de esta manera.  Después de largas horas de búsqueda, logré averiguar que el Complejo de Edipo es una especie de “trastorno mental” en el que un niño se enamora de uno de sus progenitores y desarrolla sentimientos de odio hacia el otro progenitor. Este concepto fue nombrado por Freud basándose en el mito griego de Edipo.

Cuando me enteré que este concepto fue nombrado tras un mito griego, quise investigar más a fondo ya que me considero un fanático de la mitología griega desde que tuve que hacer un trabajo nefasto del dios Hermes para una maestra que tuvimos en primero de secundaria que me traumó de por vida, Michelle Gama.

Puedo concluir que después de conocer  el mito de Edipo me sigo considerando un fanático de la mitología griega y también de Freud. Además, creo que hice una buena elección con este tema, porque es un poco diferente al de los demás.