Santiago Vallina
Las Meninas
Por Michel Foucault
“Las Meninas” es un cuadro hecho por el artista Diego Velázquez en 1656. Michel Foucault hizo un análisis exacerbado de esta obra. La lectura es un análisis, y al mismo tiempo una representación verbal del cuadro. Lo que Michel Foucault hace en su descripción es ir más allá de lo visible en el cuadro, dándole un sentido a todo lo que se sitúa en él.
En el primer plano puedes ver al pintor, situado del lado izquierdo del cuadro, congelado frente a su lienzo, dándole una mirada a lo que esta retratando. La obra del artista esta dando la espalda, despertando la curiosidad del que mira el cuadro. Hay una niña pequeña de pocos años en el centro de la obra, que si investigamos más a fondo, podemos saber que es la infanta Margarita de Austria con tres de sus sirvientas, en ese entonces llamadas “Meninas” dándole el nombre a la obra de Diego Velázquez. Todas le hacen una reverencia a la infanta en señal de respeto.
El artista pareciera que está por desaparecer detrás del lienzo, con el pincel en mano listo para proseguir con su arte. Foucault que nosotros fácilmente podríamos ocupar ese papel, cito: “Desde los ojos del pintor hasta lo que ve, está trazada una línea imperiosa que no sabríamos evitar, nos- otros, los que contemplamos: atraviesa el cuadro real y se reúne, delante de su superficie, en ese lugar desde el que vemos al pintor que nos observa; este punteado nos alcanza irremisiblemente y nos liga a la representación del cuadro.” La perspectiva es lo que nos da está sensación de que el artista en el cuadro nos observa.
Al pasar al segundo plano, del lado derecho podemos observar a una monja o dama que intercambia palabras con un caballero. El artista los ubica en las sombras para demostrar que se encuentran en un plano distinto. Más atrás, una puerta abierta donde se observa a un señor subiendo las escaleras, algunos retratos oscuros y un espejo. El espejo podría ser uno de los cuadros representados en el ultimo plano, pero la luz y resplandor que emite a comparación deja claro que no es un cuadro.
Este espejo es de las cosas más increíbles del cuadro, porque después de creer que están retratando a uno, se puede ver otro punto ciego del cuadro, algo invisible. Este espejo olvidado al que nadie voltea a ver en la obra, ya que todo miran hacia el frente, si es una representación. Hay dos personas reflejadas en el espejo y en vida real, éstas estarían situadas en nuestra posición haciéndolos a ellos los retratados. Estas dos personas son los reyes Felipe IV y Mariana de Austria.
La representación está presente en todo el arte. A veces es más fácil de ver ya que algunas veces es muy obvia, pero otras veces, las obras representan cosas que solo el artista llegaría a entender, como sentimientos, algún mensaje, etc. Sin ella, la pintura, o el arte en sí, no tendría chiste alguno ya que o sería interesante de ver. El espejo, es un juego de representación, ya que está pero no en el cuadro. Los reyes no están situados en el cuadro en si, son invisibles en éste, sin embargo, están representados sus reflejos, haciéndolos parte de la obra.
Bibliografia:
2ºla lectura
